diametro/carrera

La relación diámetro/carrera, que se calcula dividiendo la primera medida por la segunda, tiene una gran influencia en el comportamiento del vehículo y el rendimiento del motor. Incide en la relación de compresión, la presencia de una mayor o mayor fricción y el desarrollo de la potencia.
Es usual que los vehículos de competición incorporen una carrera corta y el valor de la relación sea alto; en los coches de calle, sin embargo, se suele optar por una carrera larga más orientada a la durabilidad.
Los motores se clasifican en tres tipos atendiendo al valor de su relación diámetro/carrera:
Se llaman cuadrados aquellos motores en los que ambas medidas son iguales.
Si el diámetro del cilindro tiene mayor longitud que la carrera del pistón, se trata de motores supercuadrados.
Por último, reciben el nombre de subcuadrados los propulsores de carrera larga, en los que la medida del diámetro es inferior al recorrido del pistón.

Un motor supercuadrado, de carrera corta, presenta una superficie de contacto más pequeña entre pistón y cilindro, por lo que la fricción genera un menor desperdicio de energía. El pistón está sometido a menos tensión y puede trabajar a regímenes más altos.
Por otro lado, la acción de la biela y el pistón provoca vibraciones más leves, y el diámetro del cilindro permite emplear válvulas de mayores dimensiones, lo que hace posible un mayor rendimiento volumétrico.
Entre los aspectos menos ventajosos, el tamaño de la cámara de combustión afecta a la eficiencia del proceso: el frente de llama ha de cubrir más recorrido y el tiempo de la combustión resulta ligeramente más elevado. Además, la quema de la mezcla no es tan completa, lo que se traduce en problemas de emisiones contaminantes. También la estanqueidad plantea dificultades en este tipo de motores, y la mayor cantidad de carreras del pistón puede acelerar el desgaste de los cilindros.